Se ha anunciado la Selección Oficial de Berlín y, como ocurre prácticamente cada año -y a falta de un improbable anuncio de última hora-, España no tendrá presencia en la sección reina del mastodonte cinematográfico, probablemente el segundo festival más importante del mundo.
Este año sonaba con fuerza para la SO la esperara La enfermedad del domingo, de Ramón Salazar, quien ya estuvo en Berlín con su ópera prima, Piedras. Como consuelo, el film estará en Panorama, mientras que La Librería (Isabel Coixet) participará en la paralela Berlinale Special Gala.
En los últimos tiempos, solo Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet y El Bar, de Álex de la Iglesia, han participado en la Sección Oficial. Esta ausencia de nuestras películas se suma a la tendencia los últimos años en los más importantes festivales del mundo, como Venecia y Cannes.
Pese a que nuestro cine gusta fuera y se hace notar cuando concurre en alguna plaza -los éxitos de El Autor en Toronto, Verano 1993 en Berlín, Muchos hijos, un mono y un castillo en Karlovy Vary o Mimosas en Cannes así lo atestiguan-, nuestras películas acceden únicamente y con suerte a secciones paralelas.
Aunque hay unas pocas excepciones (La mort de Louis XIV y Julieta hace dos años en SO de Cannes), algo impide que logramos acceder a la máxima competición, mientras vemos cómo otros países acaparan la cuota latina.
Entre los posibles motivos, España adolece de lobby y apenas cuenta con apoyos para promocionar su cine de autor en la escena internacional. Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, países latinos y europeos cuentan con organismos oficiales específicos para ello. En el caso de España, poco hace el ICAA, que no cuenta con departamento para eso *nos indican que sí existe dicho departamento y cada vez ve más reducida su partida presupuestaria.
¿Por qué nuestras películas no acceden a la competición de los grandes festivales? ¿Hay una crisis creativa en nuestro cine de autor, o no nos sabemos vender?
