“HACER PELÍCULAS NO ES RENTABLE”, MIKEL LEJARZA, PRESIDENTE DE ATRESMEDIA CINE

Atresmedia Cine, la productora cinematográfica del grupo Atresmedia Corporación, está de enhorabuena. O al menos esa es la imagen que han transmitido en su reunión con la prensa para hacer balance de las producciones realizadas a lo largo del año y adelantar algunos de los proyectos que veremos en 2017. Mikel Lejarza y Mercedes Gamero, responsables de Atresmedia Cine, han manifestado su enorme satisfacción por haber logrado la producción de nada menos que 12 largometrajes para su estreno a lo largo de 2016: Tenemos que hablar (David Serrano), El pregón (Dani de la Orden), Toro (Kike Maíllo), Rumbos (Manuela Burló Moreno), Capitán Koblic (Sebastián Borensztein), Cuerpo de élite (Joaquín Mazón), Zipi y Zape y la isla del capitán (Oskar Santos), El hombre de las mil caras (Alberto Rodríguez), Ozzy (Alberto Rodríguez), Que Dios nos perdone (Rodrigo Sorogoyen), La Reina de España (Fernando Trueba) y Villaviciosa de al lado (Nacho G. Velilla); estas dos últimas aún por estrenar.

Esta lista de títulos ha reportado a la productora un récord tanto en número de películas producidas en un año, como se espera que lo sea también en la recaudación en taquilla al finalizar el mismo. Se enorgullecen desde la compañía de estos datos en número de producción, de los que pocas productoras, tanto nacionales como extranjeras, pueden alardear. Se consideran, pues, como la mayor factoría de cine en España, con un total de 128 largometrajes a lo largo de dieciséis años. Pero lo cierto es que el presupuesto anual que pueden invertir queda muy lejos del que disfrutan algunas de las grandes majors, pese a que algunas de estas produzcan menos filmes al año que Atresmedia Cine. La productora española invierte, por imposición legal un 5% de sus ingresos en producción de cine y series (3% en cine y 2% en series), la media de presupuesto por película, dejando de lado algunas producciones especiales, es de unos tres o cuatro millones de euros por películas, habiéndose invertido concretamente en 2016 un total aproximado de unos 24 millones de euros. Una cifra que prevén siga aumentando si el grupo audiovisual continua, como esperan, creciendo al mismo ritmo el próximo año. En cuanto a datos de recaudación la taquilla ha dejado para las arcas de Atresmedia Cine en lo que va de año la cifra de 32.403.779 euros, que representa un 37,1% de la taquilla del cine español y que esperan supere el 40% al finalizar 2016.

Pese a este balance positivo, Mikel Lejarza reconoce que hacer películas no es rentable y subraya “no es que el cine español no sea rentable, es que el cine de por sí no lo es”. Ha resaltado la complejidad de la industria cinematográfica, reconociendo que algunas películas no dan los beneficios esperados (se lamentan especialmente de la suerte de Rumbos, la peor de este año) lo que obliga a tratar de compensar algunas producciones con otras y ha querido recordar, no obstante, que el ciclo vital de las películas es mucho mayor que el periodo que se mantiene en las taquillas españolas. Los estrenos en el extranjero, la participación en festivales, premios y otro tipo de explotaciones pueden hacer recaudar a una película grandes cantidades después de haber pasado por las salas cinematográficas, por lo que, para hablar de rentabilidad en cuanto a las películas de este año debemos esperar que pase un poco más de tiempo.

Por otro lado, y pese a que no han querido mojarse a la hora de hablar de las políticas gubernamentales y cuestiones tan relevantes como la ausencia de un ministerio específico para el área de cultura, los responsables de Atresmedia Cine se consideran amantes del cine y aseguran que si la producción de cine en los grupos audiovisuales españoles no fuera obligada por ley continuarían produciendo películas, aunque seguramente producirían muchas menos que ahora; pero esto es algo que, como han dicho, habría que preguntar a los accionistas del grupo. En cualquier caso, este año se han cumplido las exigencias de inversión, tal y como les ha comunicado ya el gobierno.

Débora Madrid Brito