CRÍTICA “PROYECTO LÁZARO”: ¿POR QUÉ VIVIMOS? ¿CUÁL ES NUESTRO OBJETIVO EN LA VIDA?

Proyecto Lázaro” es lección de vida. Es difícil que una película cale tan sutilmente sobre el espectador; pues ésta lo hizo a todo el público asistente en la proyección oficial del metraje en el Festival de Cine de Sitges.

La reflexión que nos presenta Mateo Gil en “Proyecto Lázaro” no se puede describir. Es más, es difícil explicar qué se siente al ver la cinta. La belleza filosófica moral que utiliza Gil para narrar su visión biológica es sensacional. No hay frase en el guión que cale de una manera tan imponente sobre el espectador. Y es que Gil genera varios conflictos éticos durante el filme que harán que mantenga al espectador en vilo durante gran parte del metraje. Eso sí, hay que reconocer que la premisa que nos presenta el director canario, de primeras, es algo ¿traumatizante?: Experimentar cómo resucitar a una persona crionizada hace un siglo. Podríamos preguntarnos si estamos delante de un remake de Frankenstein a lo moderno.

Un largometraje muy sensible que muestra la partición de una vida en dos a causa de un cáncer. Y es a partir de aquí cuando comienzan a surgirle las preguntas y la meditación a Mateo. Meditar por qué vivimos, por qué estamos en este lugar o cuál es nuestro objetivo en la vida.

Mateo Gil plantea en la rueda de prensa de “Proyecto Lázaro” en Sitges que el propio miedo de la muerte es la muerte. A través de este pilar se construye el metraje. Así, pues, completan la fracción sentimental de la cinta unos personajes que transmiten afecto y dolor a partes iguales. Y es que el espectador simpatiza con ellos desde el primer instante.

Sin duda, uno de los largometrajes que más he disfrutado en el Festival de Sitges hasta el momento, y es un orgullo que sea español y que, además, compita en Sección Oficial.

Sin duda, una cinta para verla a través de una mente limpia y despejada porque lo presentado es terriblemente bello.

Nota: 8/10

Pablo Aguilar-Galindo Montoya
Director de “Fotograma a Fotograma”