CRÍTICA DE LA PELÍCULA ‘POZOAMARGO’, “¿YA DEJASTE DE CASTIGARTE?”

La simbiosis hispano-latinoamericana nos ha regalado recientemente películas multi premiadas como ‘La jaula de oro’, dirigida por el español afincado en México Diego Quemada Díez; o ‘Aquí y allá’, de Antonio Méndez Esparza. Asimismo, nuestro país ha participado en la producción de estimulantes obras autorales como ‘El apóstata’, ‘Pelo malo’, ‘Gloria’ o ‘Carne de perro’.

‘Pozoamargo’ se enmarca dentro de este auge latinoamericano de un cine autoral-social de mirada reflexiva, con la singularidad de plasmar elementos paisajísticos y propios de la iconografía de nuestro país. Su director, Enrique Rivero (vencedor en Locarno con su anterior filme, ‘Parque Vía’), se aferra a sus orígenes españoles y nos descubre a una pletórica y feroz Castilla, siendo de un especial poder sugestivo su retrato rural, una característica también intrínseca en el legado histórico de nuestra cinematografía con autores como Buñuel, Berlanga, Bardem, Erice, Camus, Borau o Armendáriz.

El filme narra la huida cobarde y mezquina de su protagonista cuando descubre que es portador de una enfermedad venérea. Me pregunto si el hecho de que se llame Jesús guarda relación con su particular via crucis; así como ‘Pozoamargo’, nombre del lugar de su peregrinaje con evidente simbolismo etimológico.
Es particularmente interesante ver el sexo como algo muy presente en el filme y catalizador de su tormento, siendo un elemento tradicionalmente censurado en la religión, a menudo considerado como prohibido, sucio y pecaminoso.

El protagonista parece encontrarse en su camino con personajes que ofrecen diferentes visiones de cómo enfrentarse a la tragedia. “No estoy huyendo, estoy esperando”  o “¿ya dejaste de castigarte?” son algunas de las sentencias que Jesús se va encontrando en su periplo. Hay pocos diálogos, pero rotundos, destacando los textos en la parte final de su descenso a los infiernos -en ese momento la fotografía cambia a blanco y negro- cuando aparece la figura José (Xuaco Carballido).

‘Pozoamargo’ es áspera, honesta y sin concesiones. No escatima en escenas gráficas de los genitales de su protagonista, en contraste con la belleza hipnótica de su fotografía, obra de Gris Jordana en uno de los mejores trabajos -y no exagero- que nos ha dado el cine español en los últimos años. No puedo dejar de mencionar un descomunal plano secuencia que transita de lo hermoso a lo terrible y que califico de hito fílmico.

Su protagonista, Jesús Gallego, alcanza una verdad sólo propia de quien parece haber nacido para el personaje. Sería una insensatez no verlo sentado entre los nominados a actor novel en los Premios Goya (mismo caso con fotografía).
Natalia de Molina aparece en bicicleta como un rayo de luz en una escena de gran belleza. La actriz está maravillosa y arrebatadora.

‘Pozoamargo’ es dura y reflexiva. Si haces un pequeño esfuerzo encontrarás una de las mejores películas del año. No te la pierdas.

Puntuación: 7,5

Estreno de Pozoamargo el 24 de junio.