2015, EL AÑO EN QUE NUESTROS DIRECTORES MÁS PRESTIGIOSOS DECEPCIONARON

El año 2015 de preveía cinematográficamente épico desde el punto de vista del prestigio. Jamás en la historia habían coincidido tal número de cineastas Premios Goya presentando película en un mismo año. Y jamás se había vivido tal aluvión de decepciones.

Por ello, hoy vamos con uno de esos artículos que tanto disgusta a quienes creen que, por ser esta una web de cine español, sólo debemos mostrar apoyo y pleitesía sin emitir la menor crítica (la autocomplacencia endémica de la industria del cine español).

Juanma Bajo Ulloa, Alejandro Amenábar, Julio Medem, Fernando León de Aranoa, Isabel Coixet, Imanol Uribe, Agustí Villaronga y Álex de la Iglesia. Ahí es nada. Ocho directores que suman 12 Premios Goya y que están en lo más alto de la historia reciente del cine español. Ninguno ha cumplido las expectativas, constatando la preocupante crisis creativa entre nuestros ínclitos.

Por trayectoria, ellos tienen el acceso a las ayudas y a las secciones oficiales, siendo ésta una decepción enmarcada contexto industrial en el que cuesta horrores dejar paso a las nuevas visiones.

El Festival de Cine de San Sebastián ha servido para poner la puntilla y detonar todo un clamor: títulos de secciones paralelas se han comido a los autores reconocidos. Entre la abundancia de participantes españoles se han visto trabajos indignos en una S.O. de clase A.

Repasamos una a una las decepciones de nuestro cine en 2015:

 

Juanma Bajo Ulloa, ‘Rey Gitano’

Un director singular, capaz de saltar de autor de culto premiado internacionalmente a rompe taquillas. Once años habían pasado desde su último largometraje. Sinceramente, nadie esperaba de Rey Gitano una obra maestra, pero ni como petardada rompe-taquillas ha funcionado (su recaudación ha sido de poco más de 90000 euros). ¿Qué ha sido del jovencísimo director que fascinó a la escena internacional con ‘Alas de mariposa’ o ‘La madre muerta’?

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Julio Medem, ‘ma ma’

Rechazada en Cannes (la versión oficial fue que “no estaba acabado el montaje”) o Venecia, todos sentimos la imperiosa necesidad de decapitar peluches y asesinar a un poni cuando recibimos aquélla cursilada de sinopsis oficial: “una lucha valiente y optimista hará posible que ella y su entorno más íntimo vivan insospechadas escenas de humor y delicada felicidad”. Fue un presagio de lo que íbamos a encontrar en el film, con diálogos pedantes y decisiones rozando el ridículo. Se percibe el bello universo visual de Medem y destaca la portentosa interpretación de Cruz, pero la difícil temática y la sensación de un Medem desfasado desembocaron en críticas nefastas y el -probablemente- mayor fracaso de taquilla del cine español en 2015.

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Alejandro Amenábar, ‘Regresión’

El director más infalible de nuestro cine ha vivido un rotundo reconocimiento en cada uno de sus cinco trabajos, más allá de alguna acusación de academicismo y ciertas dudas tras ‘Agora’, su última y costosa película. Tras seis años de trabajo y una cacareada vuelta al thriller psicológico, ‘Regresión’ desató en el mayor hype del año.
La cancelación de su estreno en USA de la mano de los Weinstein era un mal presagio. Su premier en Zinemaldia dio lugar a una oleada de críticas, destacando su falta de identidad y nula originalidad tras años de meticulosa documentación: el tiempo de espera ha sido clave en la decepción. Por suerte, el público ha vuelto a confiar en él, pero debe dirigirse a terrenos más estimulantes en próximos proyectos.

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Agustí Villaronga, ‘El rey de la Habana’

Villaronga ha vuelto 5 años después de hacerse con los principales Premios Goya con la magnífica ‘Pa negre’. ‘El rey de la Habana’ es una película cara, de importante factura y que tras su presentación en San Sebastián y Toronto parece no tener opciones desde un punto de vista comercial ni festivalero. Me ha sido realmente difícil (o imposible) encontrar una crítica positiva, aunque desde este blog consideramos que se trata de una película interesante y sorprendente, aunque no apta para el gran público.

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Isabel Coixet, ‘Nadie quiere la noche’

Todos nos frotamos las manos ante una producción de 6,5 millones protagonizada por Juliette Binoche y de estimulante premisa, que tuvo el honor de abrir la pasada edición de la Berlinale. Pero tal hito para el cine español no entusiasmó a la prensa, especialmente la local, y dio lugar a unas críticas tan gélidas como el escenario polar del film, con calificativos como “cara y desgraciadamente patética” y ejemplo de cine “sobrecargado”; “La única sorpresa es que los actores hayan sido capaces de pasear por exteriores con la cabeza descubierta y temperaturas glaciales”; “la Berlinale no se merecía semejante horterada”; o “la cinta está tan edulcorada que da dolor de barriga”.
Su estreno en cines será el próximo 27 de noviembre.

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Imanol Uribe, ‘Lejos del mar’

Quizá sea la película más vapuleada de la última Sección Oficial (fuera de concurso) de San Sebastián. Con un guión imposible y desaprovechando el talento de dos actorazos como Eduard Fernández y Elena Anaya, no hay ni rastro de la furia de ‘Días contados’, convirtiéndose en el peor trabajo de un director que vive una preocupante involución en su cine.

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Fernando León de Aranoa, ‘Un día perfecto’

El mejor parado de esta lista es Fernando León de Aranoa. Pese a ser recibido con tibieza en Cannes y los principales medios internacionales (Variety, The Hollywood Reporter o The Guardian), ha logrado recoger buenos comentarios del público español y superar los dos millones de euros de recaudación en cines. Su valoración en Filmaffinity es de 6,9, muy buena marca para una película española en dicha web (tal vez porque no parece española). En IMDb obtiene un 7. Aun así, quizá se esperaba más del 3 veces ganador del premio Goya, arropado de un elenco internacional espectacular.

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Alex de la Iglesia, ‘Mi gran noche’

Tras su divertido grand guignol de ‘Las brujas de Zugarramurdi’, Álex parece dirigir su cine hacia un ámbito gamberro cómico. Para muchos, aquí sobrepasa la linea de parodia histriónica y las primeras críticas no respaldan la propuesta. Por mucho que ‘Mi gran noche’ pueda ser divertida, se empieza a echar en falta a un Álex de la Iglesia más competitivo.