CRÍTICA PELÍCULA “AHORA O NUNCA”, UNA DE LAS GRANDES DECEPCIONES DEL CINE ESPAÑOL DEL 2015

El éxito de Ocho apellidos vascos ha supuesto en nuestro país que la comedia nacional debe ir con el logotipo de éxito garantizado, porque sino no se entiende esta saturación de películas que intentan repetir semejante éxito. Desde luego, se ha conseguido con la película de Perdiendo el Norte y ahora se pretende repetir con Ahora o nunca (ésta, con mas posibilidades, al tener a Rovira, Lago y Valverde en el reparto), pero dejemos una cosa clara…el éxito del film que supuso para Dani Rovira su primer Goya, funcionó por lo “pequeña” que resultaba, por su honestidad y total falta de pretensiones (incluso técnicamente, el film lucía pobre), ya que no esperaron un éxito semejante en sus vidas. Y el hecho de que se intente repetir el éxito, a marchas forzadas, de aquel film, solo puede acabar con precipitación y fuerce. Y es precisamente lo que ha ocurrido con Ahora o nunca, una película que tenía todas las papeletas de ser una de las comedias del año, y se ha convertido, al contrario, en una de las mayores decepciones del 2015 por intentar forzar la comedia a través de un guión que, así de sencillo, no funciona.

En Ahora o Nunca, Eva (Maria Valverde) y Álex (Dani Rovira) son una pareja que, tras años de noviazgo, decide casarse en el lugar en el que se enamoraron, un pequeño pueblecito de la campiña inglesa, pero una huelga de controladores impide que el novio y los invitados se reúnan con la novia y su séquito. … “Güere is my malet?.

Desde luego, la premisa de Ahora o nunca resultaba harto jugosa para que la comedia floreciera con una facilidad pasmosa, y no negaré que Ahora o nunca tiene algún momento gracioso donde cuenta mucho más el buen hacer de los actores que del guión, porque es precisamente aquí donde es imposible agarrarse. La forma de forzar la comedia hace que, precisamente, no haga reír de la misma forma que se piensan sus creadores y resulta incluso ridícula la forma en la que intentan poner problemas a sus personajes (lo que le ocurre al personaje de Eva…¿de verdad que pensaban que alguien se pudiera creer esta historia?), sin aprovechar siquiera las situaciones (podría hablar de la escena del avión, la de la maleta…),y lo que podía haber sido desternillante…no lo es, precisamente, porque posee una ambición mayor, que no la beneficia nada. Pretende complicarse de una manera tan enrevesada, que incluso el espectador se dice a sí mismo que el trabajo de chinos que deben hacer sus guionistas para resolver todo el entuerto es casi imposible…y, obvio, no lo consigue ni de lejos.

Pero si solo fuera en cómo fuerza las situaciones de forma tan evidente hasta llegar a un punto que resulta estrambótico todo, no sería un problema si los personajes se ganasen la simpatía del espectador, y no lo hacen porque cada uno de ellos apenas es un esbozo. Tira por el cliché mal entendido, y aunque los actores intentan hacer lo posible para que estos personajes se ganen al público, finalmente lo que vemos son unos personajes sin ni un atisbo de interés (salvo la familia del novio que viaja en autobús, y del que apenas se le saca provecho). Los que pretendan encontrarse con un tipo de humor similar al de Ocho apellidos vascos…desde luego esta no es su película, pues no da cancha ni a los personajes ni a las situaciones, debido a un guión que destaca por la precipitación y por lo inverosímil y el salto de fe que sus creadores nos plantea. A todo esto, resulta incluso empalagosa en su vertiente romántica, intentando emular a las comedias americanas sin mucha fortuna (esas canciones metidas a calzador)…uno incluso se da cuenta desde el prólogo mismo que algo no termina de funcionar bien con sus personajes.

Al menos, como dije anteriormente, los actores intentan hacer lo que pueden con unos personajes que no dan mucho de sí, y eso queda demostrado cuando incluso los actores poco pueden hacer sobre el papel que tienen entre las manos: Dani Rovira intenta hacer lo que puede, y fíjense que en ciertos momentos llegué a sentir vergüenza ajena por lo que tiene que pasar el pobre intérprete (la escena del avión y lo que ocurre después, o el momento de las drogas), ante unas situaciones en su guión insalvables; María Valverde tres cuartas partes de lo mismo (y ésta lo tiene mas difícil al ser el personaje que cuenta con menos escenas cómicas); Clara Lago no termina de convencer, pues se la nota forzada en un personaje que pretende ser gracioso solo por lo promiscuo que es el personaje sin jugar la situación en absoluto; Alicia Rubio está bastante correcta (divertida está en su seriedad por problemas del pasado); el pobre Marcel Borras poco puede hacer ante un personaje que, en guión, es mediocre de por sí; Jordi Sánchez está divertido, aunque resulta desaprovechado; Yolanda Ramos se convierte por méritos propios en lo mejor de la función (su presentación en el aeropuerto es desternillante), pues tiene un personaje bombón que lo saca con una facilidad pasmosa; una maravillosa Gracia Olayo, otra veterana que consigue adueñarse de la función como reina de la comedia; una Melody que está MUY convincente en su papel de prima (es más, me ha sorprendido muchísimo que esté muchísimo mejor que otras actrices más experimentadas que ella en esta película); un Joaquín Núñez que, al igual que Jordi Sánchez, está desaprovechado, aunque resulte divertido; y una Anna Gras que hace lo que puede con un personaje algo estrambótico, y del que intenta salvar como puede (aunque posee las escenas mas divertidas de toda esa trama).

Ahora o nunca se está vendiendo como un nuevo pelotazo del cine español que intenta simular a la desesperada el éxito de Ocho apellidos vascos, y el problema, precisamente, es que la propia película parece desesperada por encontrar la comedia sin conseguirlo en la mayor parte de las ocasiones, ya que exagera tanto las situaciones hasta tal punto que es muy difícil reírte, y sobre todo…porque la comedia no sale fluida, debido a un libreto que descuida a sus personajes y a sus situaciones. Puede que fueran las expectativas que había hacia ella, y precisamente el golpe sufrido es mayor, pero a veces menos es más, y en este caso es totalmente el contrario. Una pena, sinceramente.

Nota El Blog de Cine Español: 3,5.

Manu Monteagudo