CRÍTICA DE LA PELÍCULA “POS ESO”: ENTRETIENE, PERO ESPERÁBAMOS ALGO MÁS

Samuel Ortí Martí (apodado como Sam) ha sido uno de los pocos cineastas en nuestro país que se ha atrevido con el formato stop-motion…pero, por si fuera poco, su sello autoral queda expuesto por un humor gamberro y salvaje, que acerca sus producciones al mismo género gore. Empezando su carrera allá por 2004 con el cortometraje Hermético, este director continuó haciendo cortos con este mismo formato…Yo, desgraciadamente, solo he podido ver uno de ellos (pero apuntados quedan el resto), Vicenta, un corto divertidísimo y salvaje que aunaba el género de terror plagado de guiños a otras obras con la picaresca española y la mezcla funcionaba a la perfección. Ahora, ha decidido completar su primer largometraje sin renunciar a su estilo, en una producción stop motion cargada de mala leche, sangre, guiños y homenajes y picaresca . ¿El resultado? Simpático, desde luego, aunque quizá, esperábamos más de su primer acercamiento al largometraje.

Desde que su esposo, el gran mataor de toros Gregorio, muriese en un accidente doméstico, La Trini (voz de Anabel Alonso), Bailaora mundialmente conocida, abandonó los tablaos sumida en una gran depresión. A la postre su hijo Damián (voz de Santiago Segura), ha empezado a dar signos de una rebeldía que roza la demencia. Ningún médico, psicólogo o psiquiatra podrá explicar este comportamiento del crío, conducta que irá empeorando hasta tal extremo que será necesaria una explicación sobrenatural a su estado. Será entonces cuando contacten con el Padre Lenin (voz de Josema Yuste), cura vasco repudiado por la iglesia que está atravesando una crisis de fe. Pero tal como todas las señales indican es la única esperanza de devolver la tranquilidad a tan maltrecha familia.

El prólogo de Pos Eso (una especie de homenaje a Indiana Jones y La momia) da una idea muy clara cómo será el film durante sus próximos minutos. Digo esto porque si el espectador no ha conectado con la película desde sus primeros minutos, su percepción no va a cambiar en absoluto, pues sigue por ese camino que toma desde un inicio y no lo abandona hasta el final. Por mi parte, he de decir que me resultó un film simpático, honesto en sus intenciones y para nada pretencioso, en el que la autoría de su director, Samuel Ortí, queda reflejada en todo momento, pues su humor bestia está presente, su salvajismo hace acto de aparición de vez en cuando (la escena del psicólogo con su familia…el mejor momento del film, sin duda) y la picaresca española tampoco falta en este entuerto (el momento Sálvame).

Pero lo que funciona en un cortometraje no tiene por qué funcionar en un largometraje, y, desgraciadamente, en este caso, se nota el estiramiento, básicamente porque las ideas de su creador en el pequeño formato funcionan por lo comprimidas que están, y en el caso de Pos Eso están repartidas a lo largo y ancho del film con un ritmo, que, aunque correcto, resulta un poco perezoso. Intenta rellenar el film con homenajes que en un principio divierten…pero a la hora de la verdad, utiliza tantos durante todo el metraje que termina por resultar algo cansino sin que, finalmente, adquiera la fuerte personalidad que había en los cortometrajes del director. Empaña un poco el resultado final el hecho de dar la sensación de que está estirada, con un sentido del humor en el que por momentos falla el “tempo” del mismo, y lo dicho…porque no es lo mismo concentrar el humor (y su bestialismo, que es cuando mas acierta el film) de un corto a un largo.

A pesar de ello, esta producción cuenta con un acabado técnico SENSACIONAL que es la que, desde luego, se llevará todos los halagos. Además, se ve un progreso en la animación desde sus primeros cortos, que aquí se ha pulido maravillosamente, tanto en sus magníficos decorados (atención a esas calles del centro de la ciudad) como en sus personajes, donde se nota el cariño de su director hacia ellos, contando con un reparto de voces que quita el hipo (hay algunas muy reconocibles, pero en otras, si no te dicen quien es, ni te enteras de quien pone la voz).

“Pos Eso”, a fin de cuentas, es un film simpático, sin muchas pretensiones, que busca sacar la sonrisa al espectador y lo consigue en su justa medida. Es cierto que las expectativas pueden jugar una mala pasada, como ha sido mi caso, pero si se ve con la intención de divertirse con un film de animación salvaje y brutalmente divertido, Pos Eso te da unas cuantas raciones, algo más ligeras de lo que se esperaba, pero lo cumple.

Nota El Blog de Cine Español: 5,5.

Manu Monteagudo