A un sólo día del aniversario del fallecimiento de Fernando Fernán Gómez, con su habitual impudicia y desprecio por la sensibilidad cultural, el Ayuntamiento de Madrid ha retirado el emblemático rótulo del Teatro, envuelto desde hace meses en la polémica.
José Tono -recientemente nombrado responsable de este centro cultural- nada más llegar a su cargo decidió recuperar el antiguo nombre Centro Cultural de la Villa, por considerar que el nuevo “ocluye el resto de las actividades realizadas por el centro, su sala de exposiciones y espacios anejos de alquiler”. Además, afirmó que el público aún asocia este espacio cultural al nombre anterior.
Después, tras las muchas protestas al respecto, y en búsqueda de un consenso general, el nombre pasará a ser: ‘Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa.
Ésta ha sido la guinda que se une a un pestilente proceso de privatización que pretende llevar a cabo el Ayuntamiento, promovido por el responsable de las actividades y centros culturales municipales Fernando Villalonga.
Según sugieren desde el Ayuntamiento, los números del teatro son inasumibles. Es decir, en lugar de trabajar para solucionarlo (que es para lo que les pagamos), deciden privatizar.
Un centenar de figuras de la cultura reaccionó con un escrito en el que acusan al Ayuntamiento de llevar “a las instituciones al desastre” y tener así “un pretexto para que se privaticen”.
Todo ello en un lamentable escenario de abandono, tras la pésima gestión de un antaño próspero centro cultural.
