CRÍTICA DE “LAS 13 ROSAS”, DE EMILIO MARTÍNEZ LÁZARO

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Difícilmente olvidaré mi experiencia con esta película en una abarrotada sala del bello Cine Elíseos de Zaragoza.

Pocas veces he asistido a un hervidero de emociones y sentimientos a flor de piel comparable, donde tenían cabida gemidos de llanto entre el silencio o comentarios de disconformidad de algún facha despistado (¿dónde creía que se metía?).

El colmo del surrealismo lo protagonizó un matrimonio de avanzada edad que a mitad de proyección abandonó la sala. Pero antes, el marido profirió: “¡vaya puta película de rojos de mierda!” (es el peligro de los bonos gratis del Imserso).

Al final, aplausos espontáneos y lagrimillas.

Abordar temas de tal sensibilidad supone una enorme responsabilidad. Son símbolos de tal poder que inevitablemente surge esa sensación de que la película sucumbe ante la fuerza de una historia, que está muy por encima.

Sabes que jamás vas a contentar a todo el mundo, y desde esa premisa, creo que Emilio Martínez Lázaro logró crear una película con la suficiente envergadura y mucho más satisfactoria que otras como ‘Salvador (Puig Antich)’ o ‘La voz dormida’.

El mayor mérito de “Las 13 Rosas” es lograr zafarse del dramatismo desasosegante hasta su trágico tramo final, logrando que sea una película digerible para el gran público -recaudó 4,5 millones de euros en España y fue vista por cerca de 800 mil espectadores- gracias a un buen ritmo y otros elementos de disfrute, como el sensacional elenco de actrices encargadas de encarnar a esas niñas perdidas, quienes parecen no tener una idea real de una convicción política, que sin embargo les conducirá a la muerte.

Éste último punto fue muy criticado por algunos que acusaron a Emilio Martínez Lázaro de no pronunciarse ideológicamente y de envolver a sus protagonistas en un halo de ingenuidad, en lugar de retratarlas como las auténticas “guerreras republicanas” que describen algunas biografías.

En cualquier caso, esa ingenuidad y falta de posicionamiento -no sé si real o no- resulta un interesante testimonio del lado más peligroso y absurdo del idealismo político. E indudablemente, “Las 13 Rosas” logra depositar sobre el espectador un sentimiento de absoluta injusticia.

La película peca de convencionalismos narrativos y del abuso de recursos dramáticos como la música, pero a su vez sale airosa al crear una tensión y lograr aunar varias historias paralelas sin que el espectador se pierda.

No puedo dejar pasar por alto la inquietante presencia fugaz de Leticia Sabater. Lo siento, pero yo a esto lo considero un gazapo inaceptable, de los que te sacan de la historia y hacen daño.

PUNTUACIÓN: 6,5