CRÍTICA DE “LOS ÚLTIMOS DÍAS”, DE LOS HERMANOS PASTOR

Resulta sencillo cargar con una propuesta como esta, sacar el bloc de notas y resaltar sus errores, que los tiene. Más complicado es reconocer su mérito; el de un cine alejado de la comodidad costumbrista y que indiscutiblemente exuda talento.

Los últimos días se estrenó en una cartelera infestada de super producciones americanas que multiplicaban por treinta su presupuesto –The Croods, G.I. Joe, Oz, un mundo de fantasía o Jack el cazagigantes-. Sin el menor de los complejos, demostró una clase y capacidad de entretenimiento que nada tenía que envidiar a sus competidoras de taquilla.

Enmarcada en el cine apocalíptico, quizá se la pueda acusar de aferrarse a los códigos, pero siempre dentro de un indudable ejercicio de estilo. Visualmente es impecable y logra mantener la emoción durante todo el film -su primera parte es sensacional-.
El mensaje ecológico y la metáfora sobre la deshumanización de la sociedad actual supone un interesante leit motiv dentro de un regusto final quizá desconcertante para algunos -¿cuántos finales de pelis apocalípticas nos han dejado satisfechos?-, pero que conforme uno reflexiona sobre él, se da cuenta de que está notablemente resuelto.

Quim Gutiérrez tiene la presencia y credibilidad perfecta en ese tránsito de hombre aferrado a un ordenador a héroe. Con José Coronado suelo tener serios problemas de conexión, con su manera de hablar y nula expresividad -que es la misma en sus últimos cuatro trabajos-, aunque he asumido que es un problema mío que no le ocurre al resto de la humanidad.

Precisamente, es la evolución de esa amistad lo que no acaba de cuajar. Ese sería el punto negativo de la película, así como cierta indefinición en esa línea entre peli de autor y a su vez comercial: si se trata de entretenimiento, me faltan gags, fuegos artificiales -es el único momento en el que echamos en falta los medios de una cinta yankee-; y si eres una peli de culto, faltan conversaciones memorables y un plus de transgresión.

Transgresión que quizá sí esté en el hecho de aproximarse en un cine de género que, como sucedía con El Cuerpo (Oriol Paulo), nos ofrece una visión diferente de la factoría hollywoodense. Sin duda los hermanos Pastor demuestran una interesante personalidad y una capacidad técnica y visual insólita en nuestro cine, que sólo unos pocos –Calparsoro y poco más- dominan.

PUNTUACIÓN: 6,5

Podéis recordar nuestra entrevista a los hermanos Pastor.