JÚZCAR, EL PUEBLO PITUFO QUE SE HA HECHO DE ORO AZUL

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Júzcar accedió a convertirse en el “pueblo pitufo” hace 2 años, transformando las fachadas de todas sus viviendas enmarcadas en lo más profundo de la Serranía de Ronda en el célebre color azul pitufo.

Sony se comprometió en asumir el coste de devolver el color blanco original al pueblo tras los dos meses de promoción de la película de Raja Gosnell, pero de pronto, durante el verano de ese mismo año Júzcar se vio desbordada ante la visita de 200 mil turistas.

Desde ese instante, el “azul pitufo” se convirtió en el color oficial de este pueblo de 400 habitantes, uno de los más inaccesibles de la Serranía de Ronda y donde rara vez se recibía la visita de turistas. Ahora, al minúsculo y único bar local le han seguido distintos establecimientos. Cantidad de locales de souvenirs proliferan por sus calles y la economía de Júzcar se ha disparado.

Este fenómeno se ha revitalizado este mes con la promoción de la segunda entrega “pitufera”, Los Pitufos 2, en un acto ante miles de asistentes con Andrés Iniesta y Eva González de anfitriones. Además, Sony ha patrocinado una ejemplar campaña de reforestación autóctona en distintas zonas de montaña que rodean el pueblo. El propio Iniesta ha plantado el primer árbol tras un discurso a favor de la conservación del entorno natural.

Pero como nunca llueve a gusto de todos, entre los 400 habitantes hay uno sólo que no ha estado dispuesto a pintar su casa de azul y se ha enfrentado al resto del pueblo. Su apodo no podía ser otro: Gargamel.