Este viernes se estrena “Encierro 3D”, documental que está paseando la fiesta de los Sanfermines por todo el mundo.
Quizá el gran mérito de este equipo técnico, compuesto por profesionales de seis nacionalidades, es lograr con mucho esfuerzo y escaso presupuesto lo que la gran mayoría de super producciones americanas son incapaces: justificar el uso de 3D y convertirlo en un elemento capaz de engrandecer una historia y trasladar al espectador una visión totalmente diferente.
Y es que a su factura técnica se suma un concepto artístico, casi poético en muchos de sus planos. Quizá se acerque a lo que atrapó Ernest Hemingway.
El holandés afincado en España Olivier van der Zee capitanea este adrenalínico documental.
Hemos tenido el placer de charlar con él, aún con el reciente premio a mejor trailer en el New Media Film Festival de Los Ángeles bajo el brazo.
En primer lugar, enhorabuena por el premio a mejor trailer -una asignatura pendiente en España- en el New Media Film Festival de Los Ángeles. ¿Cómo lo habéis recibido?
Con muchísimo gusto. Por desgracia no dio tiempo a presentarla en otras categorías, pero ese premio a mejor trailer lo recibimos con mucha alegría.
Ese premio puede ser síntoma de la vocación internacional de “Encierro”.
Sí. De hecho, quisieron contar conmigo para tener el punto de vista independiente de un extranjero y así también abrir las puerta a otros países.
Hay mucha gente que no entiende los encierros. Sí es cierto que millones de personas los siguen cada día por todo el mundo, pero sin llegar a comprenderlo. Había que dirigirse a ellos. De ahí la unión entre una productora que lo ha vivido toda su vida desde dentro y un director foráneo.
Pese a que toda nuestra energía ahora está en el estreno aquí -por ahora en 20 salas-, sé que hemos entrado en muchos festivales por todo el mundo, de los que pronto os podremos hablar de fechas, así como ventas, etc.
¿Cómo reacciona ese público internacional, por ejemplo de Los Ángeles, ante una peli como “Encierro”?
Es muy curioso. Te pongo el ejemplo de Holanda. Hace poco hablé con un periodista al que le pregunté si le podía interesar la peli. Entonces empezó a decir que “eso de los toros no me va, soy vegetariano, etc”. Pero conseguí que viera el vídeo y me llamó para decirme que le había impresionado mucho, e hicimos una larga entrevista. Esa es un poco la sensación que estamos recibiendo generalizada.
La semana pasada estuvimos en Madrid en un evento de mercado documental con gente de todo el mundo, y la gente cambia totalmente cuando han visto la película. Es una reacción muy inesperada para ellos y esa sorpresa es justamente lo que queríamos lograr con la película; abrir un poco la mente respecto a los encierros.
De hecho, más allá del ejercicio técnico del que tanto se ha hablado, uno se encuentra con grandes dosis de emotividad. Quizá esa sea una de las mayores sorpresas para el público.
Efectivamente. Aunque lo más brillante sean las imágenes en sí y el trabajo técnico, al final había que acercarse a esas personas, sentir sus emociones. Hemos contado con unos testimonios que nos han acercado mucho, hemos sentido mucho cariño y comprendido a esos héroes. Luego está todo lo demás; hay muchísima acción, el ritmo, etc, pero sin las historias no sería lo mismo.
¿Cuál fue el mayor reto técnico?
Sin duda, el cable cam en la calle Estafeta. Tenía muchísimo peso y había que construir toda una estructura metálica dentro y fuera del edificio donde iba colocado. Había que lograr una sujeción y que el peso no derribara esas paredes…Fue lo más complicado, pero a la vez lo que mejores imágenes nos dio, esa sensación de “volar” y de estar junto a los corredores. Además, jamás se había hecho algo así desde dentro y eso nos da un punto extra a la película.
Háblanos de uno de los testimonios más impresionantes, el del padre de un joven fallecido en los encierros.
Fue lo más emocionante. ¿Cómo hablas a un padre que ha perdido a su hijo? Afrontamos todo el equipo la entrevista con una bola en la garganta…Me impactó mucho.
Hay que llegar ahí, guiarlo muy despacio y con tacto al sitio donde se sintiera agusto y con suficiente confianza para contar esas cosas. Además, para él ha sido muy importante dar un mensaje positivo. Ha fallecido su hijo, pero ha sido haciendo su gran pasión, los encierros.No guardaba ningún tipo de rencor.
Él le dio un punto al documental de mucha realidad y de que la vida y la muerte está presentes. Con ese testimonio se unen muchos hilos.
James Cameron dijo que el futuro estaba en el 3D, y con el tiempo esta técnica parece irse desinflando ¿Cuál es tu opinión acerca del uso que se da al 3D, especialmente en gran cantidad de producciones americanas?
Un problema fue que tras “Avatar” se empezó a hacer mucho 3D en post producción, en lugar de rodar realmente en 3D. Muchas veces se rueda en 2D y después se aplica una técnica y el resultado no es igual, entonces el público ha empezado a desconfiar en la calidad.
Pero en nuestro caso el resultado ha sido fantástico. Hemos podido llegar a donde sería imposible sin el 3D, pero está claro que el público paga para ver un buen trabajo. Nuestra productora lleva ocho años trabajando en 3D y ha sido capaz de adaptarse a las circunstancias muy difíciles de grabación.
Nuestro trailer se proyectó tiempo atrás en Las Vegas y entre los asistentes estaban productores de Avatar, que aplaudieron muchísimo al verlo y se pusieron en pie.
Supongo que esos productores se sorprenderían si conocieran el presupuesto de la película.
Claro, si comparamos con los presupuestos americanos, son casi como los presupuestos de un pequeño país… Aquí hemos contado con la mejor batería de medios que puede haber, con los mejores técnicos y equipos que existen. Hemos tenido una postproducción de audio de tres semanas, similar a una peli de ficción. A nivel de medios y trabajo no tenemos nada que envidiar.
Desde tu punto de vista totalmente ajeno, ¿cuál era tu percepción acerca de los Encierros antes de adentrarte en ellos con las cámaras, y cuál es ahora?
Yo antes veía con mucho asombro lo que casi todo el mundo: gente corriendo, cornadas, energía total, y pensaba “¿pero qué pasa aquí? ¿cómo puede ser posible esto?”. Pero por alguna razón, al día siguiente necesitaba volver a ver el encierro, como para encontrar una explicación.
No importa donde estés un año tras otro, en un camping es Francia o donde sea, siempre te enteras de los encierros y los ves en algún medio.
Entré en este proyecto, un poco por casualidad. En principio iba a ayudar al productor Enrique Urdánoz para un proyecto norteamericano, sobre testimonios que hablaran del porqué corre la gente los encierros. Yo le iba a ayudar a realizar esas entrevistas en Pamplona. Entonces, en mi primera entrevista a Joseph Distler (corredor desde 1967), se removió todo mi mundo acerca de los encierros. Vi más allá, incluso un concepto artístico en todos ellos, en Miguel Angel Eguiluz, Julen Madina, Distler, su forma de correr, sus movimientos… Tras conocer a Javier Solano, llegamos a la conclusión que aquí había una gran película, con sus emociones, su ética. La productora encajó inmediatamente el reto y ahí empezó esta aventura.
Evidentemente para mí hoy los Sanfermines son algo muchísimo más rico que lo que veía hace 20 años.
¿Cómo vives este momento previo al estreno?
Son años esperando que llegue este momento. Con ilusión y esperanza. Ha sido como estar en un burbuja y queremos disfrutar de este momento, de todas las críticas muy positivas que estamos recibiendo.
“ENCIERRO 3D” SE ESTRENA ESTE VIERNES 28 DE JUNIO EN TODA ESPAÑA.
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