Criado entre España y Argentina, a este cordobés (Argentina) de nacimiento lo acogimos con los brazos abiertos tras su apabullante presentación en Celda 211. Él iba para el teatro hasta que Monzón le fichó por puro capricho -o llámale intuición-, sin casting previo. Ese fue su debut en cine, entrado en la treintena y sorprendiendo por la naturalidad con la que llevaba el peso de una película de prestigio y en la que bien podría haber salido escaldado ante el despliegue de Luis Tosar. Por supuesto, se llevó el premio Goya a actor revelación.
Ammann es una suerte de Leonardo Sbaraglia y Juan Diego Botto versión renovada. Tiene un claro magnetismo y seducción, pero a ese atractivo se le suma el hecho de resultar convincente en su diálogo, de parecer inteligente -algo que no ocurre con muchos españoles-, tal vez debido al hecho de formar parte de una familia de intelectuales.
Tras Celda 211 confiaron en él para un papel que suponía todo un compromiso, “Lope”, una de las grandes producciones españolas de los últimos tiempos. Le siguieron “Eva” (Kike Maillo) e “Invasor” (Daniel Calparsoro).
Paradójicamente jamás había rodado en su tierra natal, Argentina. Hasta el 2012, con el thriller “Tesis sobre un homicidio” (Hernán Goldfrid), coproducción hispano argentina donde comparte cartel junto al gran Ricardo Darín en un duelo interpretativo que yo no pienso perderme por nada del mundo -estreno en España este viernes-, y que ha arrasado en Argentina, donde es la cinta más vista del 2013 (6,1 millones de dólares) y el segundo título de producción argentina más visto en la historia del país, tras “El secreto de tus ojos”.
Además, este mismo año lo veremos haciendo de malote en otro de los platos fuertes, “Combustión” (Daniel Calparsoro).
