Seguimos con el repaso a promesas del cine español que han dejado de serlo para convertirse en asiduos a las carteleras. Cerramos esta lista repasando a algunos menos “cotizados” que los citados Quim Gutiérrez, Hugo Silva, Raún Arévalo, Mario Casas y Alex González.
MIGUEL ANGEL SILVESTRE
Uno de los mayores fenómenos catódicos de los últimos tiempos. Su paso natural al cine era de esperar.
Para ser honestos, ya antes de “Sin tetas no hay paraíso” había tenido una estimable incursión en “La distancia” (Iñaki Dorronsoro, 2006). Pero lo de la serie le convirtió en ídolo de masas, y siempre me preguntaré para cuándo una adaptación a la gran pantalla, repitiendo tándem Silvestre – Salamanca.
Mientras llega eso, este guapo oficial, a lo tonto va encadenando peli tras otra, sin llegar a destacar (interpretativamente) jamás, pero dotando a sus personajes de una presencia poderosa y cierto magnetismo.
Lo próximo, su personaje de ‘ultra’ en “Alacrán Enamorado”.
ADRIÁN LASTRA
Desgraciadamente menos imprescindible de lo que a muchos nos gustaría.
Creo que es unánime: todos coincidiréis conmigo en alabar el talento de este actor, capaz de bordarlo en musical, televisión, cine o teatro y con una vis cómica natural.
Se comió a sus compañeros de reparto en Primos y su “Fuga de cerebros” dejó por los suelos a la anterior de Mario Casas. Entonces, ¿por qué no curra más?
JULIÁN VILLAGRÁN
Aproximándose a la cuarentena, se desmarca un poco del grupo de “jóvenes estrellas”, pero es que es ahora cuando se reconoce su talento debidamente.
Un roba planos nato, eterno secundario al que suelen darle papeles “especiales” pero que pide a gritos un papel protagonista de entidad.
Lo veremos a finales de año en la comedia de Santi Amodeo “¿Quién mató a Bambi?”, la esperada nueva producción de Rodar y Rodar.
