El que fue el niño prodigio del cine español reciente, logró lo más difícil: crecer bien, convertirse en un hombrecito atractivo, querido por la cámara. Y por qué no decirlo, con cierto encanto (no sé si llamarlo ‘talento’).
Arrasó como niño –El Bola (Achero Mañas, 2000), El Viaje de Carol (Imanol Uribe, 2002) o Planta 7 (Antonio Mercero, 2004)- y cumplió como adolescente carismático –7 Vírgenes (Alberto Rodríguez, 2005), Cabeza de Perro (Santi Amodeo, 2006) y Ladrones (Jaime Marqués, 2007)-.
Llegó a la madurez explotando en 2010 por todo lo alto. Ese año protagoniza Bruc. El desafío (Daniel Benmayor), importante proyecto del que se esperaba mucho más pero donde destaca su nuevo rol de héroe. Entre Lobos (Gerardo Olivares) logra un importante éxito en otro papel complicado. Ballesta encabeza portadas y entrevistas -aunque es de esos actores que es preferible no prestarle demasiada atención fuera de sus personajes-. Parecía que se iba a comer el mundo, y a partir de ahí, la nada.
Tres años en los que sólo ha tenido una pequeña participación en la modesta coproducción hispano polaca Lasting. Nada más (en cine, ya que participó en la serie de televisión Hispania).
Esta situación le ha llevado a participar en el reality televisivo Splash!, que comienza este lunes y donde varios famosos aprenderán a saltar desde un trampolín. Entre sus compañeros se encuentran “celebridades” como Carmen Lomana o Jesulín de Ubrique.
Él mismo comentó hace tiempo en alguna entrevista que al llegar a la madurez estuvo un tiempo trabajando de lo que podía, al no llegarle proyectos. Pero después de ese año 2010, todo parecía indicar que no le iba a faltar trabajo.
¿Por qué no termina de cuajar su carrera? Entre las respuestas puede estar la difícil situación de muchos actores, o el hecho de tener un carácter menos “fácil” que otros como como el omnipresente Quim Gutiérrez. Como actor quizá esté algo encasillado en determinados roles, donde no haya exigencia a nivel de diálogos.
¿Echáis en falta a este actor?
